Después de escuchar rumores sobre su nuevo hogar, este hombre hizo un escalofriante descubrimiento en el patio de atrás
La sinfonía del detector
El perímetro en torno al bendito tesoro se estaba achicando y solo sería cuestión de tiempo para que el misterio fuese resuelto. Esto generaba una ansiedad en John y un temor ante la posibilidad de no encontrar nada, de que los planos solo hubiesen sido de un proyecto que hace 50 años quedó inconcluso.
Los profesionales armaron sus equipos y los detectores de metales con sus largos mangos negros recibieron toda la atención. Parecían detectores de minas antipersonales de una película bélica. Todos los presentes estaban en silencio y solo se escuchaba el ruido de las máquinas detectoras que chicharraban como un viejo televisor que se quedó sin señal. La espera fue larga y parecía que todo fue en vano. Algunos especialistas comenzaban a hacer ademán de guardar los equipos cuando uno de los tres buscadores lanzó un agudo grito, como de una alarma despertadora, un ruido horrible y molesto, pero que a oídos de John sonaba como una agradable sinfonía clásica.
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